viernes, 21 de septiembre de 2007

Nos recuerda esta casa que es un muro viejo
signado con leyendas escritas por quien sabe

Teo ama a Yoselyn

Quizas de esta demolición se rescate alguna cosa
el marco de una ventana
los azulejos
las manillas de las puertas

Por estos pasillos que sólo conectan soledades
deambulo todavía


saludo a los habitantes de esta casa

Todos hemos sido olvidados
y esto tambien lo escribo.

Somos la superficie de la pared
que ya ha sido signada por quien sabe quien.

jueves, 16 de agosto de 2007

escrito en el agua

sí todas las fuentes de las escrituras
son apócrifas,
sí no existió ni Pablo, ni Mateo, ni Marcos, ni Lucas
sí Juan fue un loco marihuanero
o bien, un ente que no existió
pero murió en Éfeso
sí Jesús no existió
ni se llamó Cristo, pues no existe Pablo
sí Nazareth no existe
sí dios es yaveh
y por ende estamos todos condenados
pero a salvo porque es un invento
sí las mujeres no paren demonios
sí el bautista no existió
ni bautizó
ni fue martirizado
sí a Flavio Josefo le metieron mano
sí la teología es idem a la frenología
sí no hubo multiplicación de los panes
sí de nada sirve arrepentirse de nada
yo que soy una Edith Piaf al verre
que me arrepiento de todo
si lo del buen ladrón fue un albur
en el más total de los sentidos
si Lázaro está ya muerto
si, en definitiva, no hubo cruz
ni resurrección
todo lo escrito son surcos en el agua
-un agua oscura en la noche más oscura otra vez-
un quehacer inútil
pero que nos hace féliz en raras temporadas
mientras dejamos un rastro de velas apagadas
o pisadas en el barro

viernes, 3 de agosto de 2007

Otros más sabios que opinen
sobre el vuelo de los pájaros
o el disiparse de la niebla matinal.
A nosotros nos gusta ver la rosa
emergiendo de su armadura de espinas.

Amor a primera vista.

Reconocer el mutuo desamparo.
me duele el cuajar de las flores
Las palabras no me dicen nada
la poesía se adhiere en mi y engorda
como un chinche preñado de signos.
En los intervalos de una música
nada más que este sudario de hastío.
A despecho de toda realidad
es probable que tras unos años
estos sean los buenos viejos tiempos.
Ya ni siquiera corre la sangre
-manchas secas y oscuras
sobre los escombros que olfatea
un pastor alemán-.
Evoco con gran lucidez
sensaciones del pasado remoto,
en este parque en que me siento tan bien.

Recuerdo la selva primigenia.
Dejémos crecer la maleza.

lunes, 30 de julio de 2007

Una ciudad como esta siempre estará intacta.
Se construye sobre nada.

Buenos días a todos.

Esa niñita de la tele
supo demasiado pronto,
que las lágrimas y el semen
dejan un rastro semejante.
En este oficio que se acaba, el arte verdadero
será sucumbir como el contorsionista,
con estertores ajenos en nuestros propios brazos
acumulando semen y lágrimas en la página.
para mi el viejo poney
es el automóvil de carrera
ebrio de espacio
YA HABLAREMOS DE NUESTRA JUVENTUD
Ya hablaremos de nuestra juventud,
ya hablaremos después, muertos o vivosc
on tanto tiempo encima,
con años fantasmales que no fueron los nuestros
y días que vinieron del mar y regresaron
a su profunda permanencia.
Ya hablaremos de nuestra juventud
casi olvidándola,
confundiendo las noches y sus nombres,
lo que nos fue quitado, la presencia
de una turbia batalla con los sueños.
Hablaremos sentados en los parques
como veinte años antes, como treinta años antes,
indignados del mundo,
sin recordar palabra, quiénes fuimos,
dónde creció el amor,
en qué vagas ciudades habitamos.
no nos pidan la palabra....etc
lo que había que decir
ha sido dicho innumerables veces

jueves, 26 de julio de 2007

Ha llovido todo el día y toda la noche,
pero mañana no será más fértil la tierra.
El aguacero cayó a deshora.
Me derrumbé para siempre
con la “matapajaritos”.
En estas líneas todos los cabos
son cabos sueltos.
Mentiras que me contó el ego en otros tiempos
y versos que malversé
olvidando convenientemente citas y referencias.

El encatrado me dice menos aún,
mi poesía es de escasos recursos.
En la nube
el ángel arrancado de la aureola.

En el frutero
la manzana se pudre irremediablemente.

La gotera toca una música que conozco.

En el velador
el poema permanece en el papel en blanco.

Especulo sobre mi servicio a la comunidad
poetizo mi ocio.
El sombrero vacío da fe de la huida del conejo
la memoria consigue tan sólo develver un daguerrotipo
una imagen

una absurda paloma saliendo con deseperación
de la manga del poeta
el rey de las variedades

Algo cantaría mi abuela para hacerme encontrar el sueño
pero yo quisiera escribir
en tablas
en rocas
en largas fajas de cuero
quisiera manejar la escritura cuneiforme
otros signos cualquiera
desaparecidos
insectos a mis propios ojos similares al silencio
palabras que tendiesen a cero

Duerma Duerma diría mi abuela
y me limito a unir cabos que permanecen sueltos
simulando líneas de teléfono
cortadas
sordas

Cierro los ojos

guardo la secreta esperanza de que al despertar
no reconozca mi propia cara
que esta sea sólo un gesto
una máscara incomprensible

Poco me importan las flores que se ven desde la ventana

cierro cuidadosamente los postigos

cierro cuidadosamente los postigos

cierro cuidadosamente los postigos

Los automóviles que pasan hacen todo esto más difícil

Jonas

El horizonte ofrece a mis ojos
la inesperada ondulación de la ballena.

Vuelvo sobre mis pasos
sobre la fracción de segundo
en que creí ver

El oleaje me llena de dudas

Pero confiemos al fin en el poema
en la eterna respiración de Jonás
recluido en estas letras.
es inevitable amiga mia
no haré huesos viejos
no me despierten
quiero morir
quiero que me quemen
y mis cenizas
las tiren por el water
me siento menos sólo cuando vuelvo a leer estos poemas, que por la magia de estos blog, los copio a continuación de mis torpes escritos.

Despedida

el caso no ofrece
ningún adorno para la diadema de las Musas. Ezra Pound
Me despido de mi mano
que pudo mostrar el paso del rayo
o la quietud de las piedras
bajo las nieves de antaño.
Para que vuelvan a ser bosques y arenas
me despido del papel blanco y de la tinta azul
de donde surgían los ríos perezosos,
cerdos en las calles, molinos vacíos.
Me despido de los amigos
en quienes más he confiado:
los conejos y las polillas,
las nubes harapientas del verano,
mi sombra que solía hablarme en voz baja.
Me despido de las Virtudes y de las Gracias del planeta:
Los fracasados, las cajas de música,
los murciélagos que al atardecer se deshojan
de los bosques de casas de madera.
Me despido de los amigos silenciosos
a los que sólo les importa saber
dónde se puede beber algo de vino,
y para los cuales todos los días
no son sino un pretexto
para entonar canciones pasadas de moda.
Me despido de una muchacha
que sin preguntarme si la amaba o no la amaba
caminó conmigo y se acostó conmigo
cualquiera tarde de esas que se llenan
de humaredas de hojas quemándose en las acequias.
Me despido de una muchacha
cuyo rostro suelo ver en sueños
iluminado por la triste mirada
de trenes que parten bajo la lluvia.
Me despido de la memoria
y me despido de la nostalgia -la sal y el agua
de mis días sin objeto -
y me despido de estos poemas:
palabras, palabras -un poco de airemovido por los labios- palabras
para ocultar quizás lo único verdadero:
que respiramos y dejamos de respirar.

Cuando todos se vayan

A Eduardo Molina.
Cuando todos se vayan a otros planetas
yo quedaré en la ciudad abandonada
bebiendo un último vaso de cerveza,
y luego volveré al pueblo donde siempre regreso
como el borracho a la taberna
y el niño a cabalgar
en el balancín roto.
Y en el pueblo no tendré nada que hacer,
sino echarme luciérnagas a los bolsillos
o caminar a orillas de rieles oxidados
o sentarme en el roído mostrador de un almacén
para hablar con antiguos compañeros de escuela.
Como una araña que recorre
los mismos hilos de su red
caminaré sin prisa por las calles
invadidas de malezas
mirando los palomares
que se vienen abajo,
hasta llegar a mi casa
donde me encerraré a escuchar
discos de un cantante de 1930
sin cuidarme jamás de mirar
los caminos infinitos
trazados por los cohetes en el espacio.

Perra en la Tierra

La manada de perros sigue a la perra
por las calles inhabitables de México.
Perros muy sucios,
cojitrancos y tuertos,
malheridosy cubiertos de llagas supurantes.
Condenados a muerte
y por lo pronto al hambre y la errancia.
Algunos cargan
signos de antigua pertenencia a sus amos
que los perdieron o los expulsaron.
Ya pocos puedendarse el lujo de un perro.
Y mientras alguien se decide a matarlos
siguen los perros a la perra.
La huelen todos, se consultan, se excitancon su aroma de perra.
Le dan menudos y lascivos mordiscos.
La montan
uno por uno en ordenada sucesión.
No hay orgía
sino una ceremonia sagrada, inclusive
en estas condiciones más que hostiles:
los que se ríen,
los que apedrean a los fornicantes,
celosos
del placer que electriza las vulneradas pelambres
y de la llama seminal encendida
en la orgásmica entraña de la perra.
La perra-diosa
la hembra eterna que lleva
en su ajetreado lomo las galaxias, el peso
del universo que se expande sin tregua.
Por un segundo ella es el centro de todo.
Es la materia que no cesa.
Es el templode este placer sin posesión ni mañana
que durará mientras subsista este punto,
esta molécula de esplendor y miseria,
átomo errante que llamamos la tierra.

ALTA TRAICIÓN

No amo mi Patria. Su fulgor abstracto
es inasible.
Pero (aunque suene mal) daría la vida
por diez lugares suyos, cierta gente,
puertos, bosques de pinos, fortalezas,
una ciudad deshecha, gris, monstruosa,
varias figuras de su historia,
montañas
(y tres o cuatro ríos).

Que el Dios abandonaba a Antonio

Cuando de repente, a medianoche, se escuche
pasar una comparsa invisible
con músicas maravillosas, con vocerío -
tu suerte que ya declina, tus obras
que fracasaron, los planes de tu vida
que resultaron todos ilusiones, no llores inútilmente.
Como preparado desde tiempo atrás, como valiente,
di adiós a Alejandría que se aleja.
Sobre todo no te engañes, no digas que fue un
sueño, que se engañó tu oído:
no aceptes tales vanas esperanzas.
Como preparado desde tiempo atrás, como valiente,
como te corresponde a ti que de tal ciudad fuiste digno,
acércate resueltamente a la ventana,
y escucha con emoción, mas no
con los ruegos y lamentos de los cobardes,
como último placer los sones,
los maravillosos instrumentos del cortejo misterioso,
y dile adiós, a la Alejandría que pierdes.
el huaso Froilan
anda amarrando perros con longaniza
Pasó un largo tiempo en que los círculos permanecieron abiertos
cuerdas flotando en un aire al que todo le faltaba.

Yo mee contra el viento todos los años anteriores
me dejé crecer el pelo ridículamente
y al día en que te vi no le ótorgue la menor importancia
como si supiera de antemano que no teníamos nada que ver
lo probablemente fuera cierto.

Ninguno de los dos sabía la medida de nuestro vuelo
y aunque nos rozamos varias veces
y teníamos los mismos puntos de referencia
no nos percatamos de la medida de nuestro vuelo.

Cómo explicarme despúes mi permanencia en ti desde ese día
que no tuvo nada de particular.
Luego un par de llamadas de teléfono
y tu discurso me pareció reconocible desde antes
aunque todo el mundo andaba cerca mio.

Antes, en ese me sentaba sólo en escaños de la plaza pública
asombrado de la independencia de los cuerpos circulantes,
las parejas besándose me parecían azotadas por una soledad peor que la mia,
yo era un convaleciente.

Mis manos salieron a buscarte de pronto
y se hicieron tan reales como las manchas de la pared que miro
y te manosee eterno
mientras los círculos se cerraban en la punta de tus pestañas

jueves, 19 de julio de 2007

Paya del Huaso Froilan 2

Negras tengo las manos
negro tengo el cogote.
Más negra la rajael culo
bien tieso tengo el garrote.

Paya del Huaso Froilan

Viniendo de la Argentina
pasé por Lonquimay
traigo una flor en el pico
¿por qué no me la sacai?

martes, 3 de julio de 2007

Discurso de Fernando Vallejo

Discurso de Fernando Vallejoal recibir el XIII Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos
Amigos que me acompañan esta noche tan notable de mi vida:
Como ustedes, o la mayoría de ustedes, yo nací en la religión de Cristo y en ella me bautizaron. Pero en ella no me pienso morir. Si Cristo es el paradigma de lo humano, la humanidad está perdida.
En el evangelio de San Mateo está la parábola de los labradores del campo: que el dueño de la tierra les paga al final del día igual a los que contrató al amanecer que a los que contrató a mediodía o al anochecer. Y cuando los que llegaron al amanecer se quejan y le dicen: "Patrón, ¿cómo nos vas a pagar igual a los que trabajamos diez horas que a los que no trabajaron ni una", el patrón les contesta: "Los contraté por tanto y eso les estoy pagando, ¿de qué se quejan?"
Con lo viejo que estoy y lo mucho que he vivido nunca he podido entender esta parábola. Se me hace inconsistente, caprichosa, y su personaje un arbitrario. A los que llegaron al final del día les tendría que haber pagado menos, ¿o no? O más a los que llegaron temprano. Pero como él era el dueño de la tierra y el que ponía las condiciones... ¿Hay que trabajar, o no hay que trabajar? ¿Hay que contratar, o no hay que contratar? El mensaje de la parábola no está claro. ¿Qué dirán de ella los comunistas? Me hubiera gustado que Castro se la hubiera comentado al Papa.
Yo, si les digo la verdad, no soy partidario de darles trabajo a los demás porque después dicen que uno los explota. Y me pongo siempre, por predisposición natural, del lado del patrón y no de los trabajadores. ¡Ay, los trabajadores! ¡Qué trabajadores! Viendo a todas horas fútbol por televisión, sentados en sus traseros estos haraganes. ¡Que les de trabajo el gobierno o sus madres! O la revolución, que es tan buena para eso. Y si no vean a Cuba, trabaje que trabaje que trabaje. En Cuba todo el mundo trabaja. ¡Pero con las cuerdas vocales!
Pero volvamos a Cristo y a su parábola. ¿No está reflejada en ella la prepotencia de Dios, que da según se le antoja, según su real gana? ¿Que a mí me hace humano para que aspire a la presidencia, y a la rata la hace rata para que se arrastre por las alcantarillas y a la culebra culebra para que se arrastre por los rastrojos? A ellas les está dando menos que a mí. ¿Por qué? ¿O no será que es al revés, que a mí da la carga, el horror de la conciencia? Si es éste el caso, entonces la injusticia la está cometiendo conmigo y no con ellas.
También está en los evangelios el episodio de los mercaderes del templo a quienes Cristo expulsó furioso a latigazos porque estaban vendiendo adentro sus baratijas. Si Cristo no quería que los mercaderes comerciaran en el templo, ¿por qué no los hizo ricos para que no tuvieran qué trabajar? ¿O por qué no les dio local propio, una tienda? ¿No era pues el hijo del Todopoderoso? ¡Le habría podido mover el corazón a su papá! ¿Y cómo es eso de que el paradigma de lo humano pierde los estribos y se deja llevar por la rabia? En México dicen que el que se enoja pierde. Yo no sé.
¿Y por qué resucitó a Lázaro y sólo a él y no también a los demás muertos? ¿Y cómo supo que Lázaro quería volver a la vida? A lo mejor ya estaba tranquilo, por fin, en la paz de la tumba. ¿Y para qué lo resucitó si tarde que temprano Lázaro se tenía que volver a morir? Porque no me vengan ahora con el cuento de que Lázaro está vivo. Un viejito como de dos mil años. No, Lázaro se volvió a morir y Cristo no lo volvió a resucitar. ¿Por qué esas inconsecuencias? ¡Una sola resurrección no sirve! Si nos ponemos en plan de dar, demos; y en plan de resucitar, resucitemos. Y si resucitamos a uno, resucitémoslos a todos y para siempre. Así a los seis mil millones de Homos sapiens que hoy poblamos la tierra les sumamos otros tantos por lo bajito. ¿Con doce mil millones no se contentará este Papa? ¿O querrá más? ¿Doce mil millones copulando sin condón cuántos producen al año? A ver, saque cuentas, Su Santidad. ¿Dónde los va a meter? ¿En el Vaticano?
Pero esto en realidad a mí no me importa. Que se hacinen, que se amontonen, que copulen, que se jodan. A mí los que me duelen son los animales. A ver, ¿cuántos hay en los evangelios? Hay una piara de cerdos donde dizque se metió el demonio. Un camello que no pasará por el ojo de una aguja. Una culebra símbolo del mal. Y un borriquito, en el que venía Cristo montado el domingo de ramos cuando entró en triunfo a Jerusalén. ¿Y qué palabra de amor tuvo Cristo para estos animales? Ni una. No le dio el alma para tanto. ¡Cómo va a estar metido el demonio en un cerdo, que es un animal inocente! A los cerdos, en Colombia, en navidad, los acuchillamos para celebrar el nacimiento del Niño Dios. Todavía me siguen resonando en los oídos sus aullidos de dolor que oí de niño. El demonio sólo cabe en el alma del hombre. ¿No se dio cuenta Cristo de que él tenía dos ojos como los cerdos, como los camellos, como las culebras y como los burros? Pues detrás de esos dos ojos de los cerdos, de los camellos, de las culebras y de los burros también hay un alma.
Cristo viene de la religión judía, una de las tres semíticas, a cuál más mala. Las otras son el cristianismo, que él fundó, y el mahometismo, que fundó Mahoma. A estas dos religiones o plagas pertenece hoy la mitad de la humanidad: tres mil millones. Tres mil millones que se niegan a entender que los animales también son nuestro prójimo y sienten el dolor y tienen alma y no son cosas. Dos mil años llevamos de civilización cristiana sin querer ver ni oír, haciéndonos los desentendidos, atropellando a los animales, cazándolos por sus colmillos o sus pieles, experimentando con ellos, inoculándoles virus y bacterias, rajándolos vivos para ver cómo funcionan sus órganos y sus cerebros, maltratándolos, torturándolos, vejándolos, enjaulándolos, asesinándolos, abusando de su estado de indefensión, con la conciencia tranquila y la alcahuetería de la Iglesia y la indiferencia de Dios. Por algo está la Biblia llena de corderos que el hombre sacrifica en el altar de Dios regándolo con su sangre. ¿En qué cabeza cabe sacrificar a un cordero, que es un animal inocente que siente y sufre como nosotros, en el altar de Dios que no existe? Y si existe, ¿para qué querrá la sangre de un pobre animal el Todopoderoso?
Los animales no son cosas y tienen alma y no son negociables ni manipulables y hay una jerarquía en ellos que se establece según la complejidad de sus sistemas nerviosos, por los cuales sufren y sienten como nosotros: la jerarquía del dolor. En esta jerarquía los mamíferos, la clase linneana a la que pertenecemos nosotros, está arriba. Mientras más arriba esté un animal en esta jerarquía del dolor, más obligación tenemos de respetarlo. Los caballos, las vacas, los perros, los delfines, las ballenas, las ratas son mamíferos como nosotros y tienen dos ojos como nosotros, nariz como nosotros, intestinos como nosotros, músculos como nosotros, nervios como nosotros, sangre como nosotros, sienten y sufren como nosotros, son como nosotros, son nuestros compañeros en el horror de la vida, tenemos que respetarlos, son nuestro prójimo. Y que no me vengan los listos y los ingeniosos que nunca faltan a decirme ahora, para justificar su forma de pensar y de proceder, que entonces no hay que matar un zancudo. Entre un zancudo y un perro o una ballena hay un abismo: el de sus sistemas nerviosos.
Varias veces al año las playas de las islas Faroe (al norte de Dinamarca) se transforman en campos de matanza de ballenas. Grandes grupos de ballenas son guiados hacia ellas y atacados desde las embarcaciones balleneras y sacrificados sin misericordia. Primero les entierran un garfio metálico de 5 libras de peso, luego les cortan la médula espinal con un cuchillo ballenero de 6 pulgadas. El gancho se lo entierran varias veces hasta que las pueden enganchar bien para empezar a cortar. Como por instinto las ballenas luchan violentamente en medio de su agonía, es casi imposible matarlas con un solo corte. Deben soportar y sufrir varios antes de morir. A los nórdicos ahora se les han venido a sumar los japoneses. ¡Los japoneses! Los de Pearl Harbor, los que en la Segunda Guerra Mundial les hicieron a los chinos y a los coreanos ver su suerte. Ahora cazando ballenas. ¡Cómo vamos a comparar a un japonés -que es un hombrecito bajito, feíto, amarillo, cruel- con una ballena que es un animal grande y hermoso!
Y los delfines, los otros mamíferos acuáticos, que protegen a los náufragos de los tiburones: en los últimos cuarenta años hemos matado setenta millones.
El dolor es un estado de conciencia, un fenómeno mental y como tal nunca puede ser observado en los demás, se trate de seres humanos o de animales. Cada quien sabe cuándo lo siente, pero nadie se puede meter en el cerebro ajeno para saber si lo está sintiendo el prójimo. Que los demás lo sienten lo deducimos de los signos externos: retorcimientos, contorsiones faciales, pupilas dilatadas, transpiración, pulso agitado, caída de la presión sanguínea, quejas, alaridos, gritos. Pues estos signos externos los observamos tanto en el hombre como en los mamíferos y en las aves. Aunque la corteza cerebral está más desarrollada en nosotros y este mayor desarrollo es el que nos permite el uso del lenguaje, el resto del cerebro en esencia es el mismo en todos los vertebrados pues todos procedemos de un antepasado común. Así las estructuras cerebrales por las que sentimos el hambre, la angustia, el miedo, el dolor, las emociones son iguales en nosotros que en el simio, en el perro o en la rata. ¿Cuántos millones de simios, de perros y de ratas hemos rajado vivos para llegar a estas conclusiones?
Los genomas del gorila y del orangután coinciden en el 98 por ciento con el humano, y el del chimpancé en el noventa y nueve. Y el ciclo menstrual de la hembra del chimpancé es exacto al de la mujer. Ya lo sabemos, somos iguales a ellos, ¿cuánto tiempo más nos vamos a seguir haciendo los tontos? Y los que duden de que los simios son como nosotros, mírenles las manos y mírenlos a las caras y a los ojos. No hay que saber biología molecular ni evolutiva ni neurociencias para descubrir el parentesco. Sólo hay que abrir el alma. Y sin embargo candidatos altruistas al premio Nobel de medicina, médicos y científicos generosos, siguen experimentando con ellos, con los chimpancés y los mandriles y los macacos inoculándoles el virus del sida dizque para producir una vacuna dizque para salvar dizque a la humanidad. ¡Mentirosos! ¡Pendejos! La humanidad no tiene salvación, siempre ha estado perdida. Que se jodan los drogadictos de jeringa y los maricas si se infectaron de sida, suya es la culpa. Y dejen tranquilos a los simios. En la medida en que nos parezcamos a ellos no podemos tocarlos, y en la medida en que no, ¿para qué experimentar con ellos? ¿Para qué si no sienten, si son objetos, si son cosas inertes sin alma?
En el siglo XIX Pío Nono (el que convocó un concilio vaticano para elevar a dogma su infalibilidad, la infalibilidad del papa) prohibió que se abriera en Roma una Sociedad Protectora de Animales arguyendo que los animales no tienen valor intrínseco y que lo que hacemos con ellos no tiene que ser gobernado por consideraciones morales. Desde entonces esta inmoralidad es la norma en los países católicos. Con la conciencia tranquila, sin poner en riesgo nuestra salvación eterna, podemos cazar impunemente a los animales para hacer teclas de piano con sus colmillos, adornos con sus caparazones y abrigos con sus pieles; experimentar con ellos e inocularles cuantas bacterias y virus se nos antoje; encerrarlos de por vida en jaulas, practicar la vivisección en ellos, torturarlos en las galleras, en las plazas de toros y en los circos, transportarlos como bultos de cosas bajo el sol ardiendo sin importarnos su sed y acuchillarlos en los mataderos, porque ellos no son como nosotros ni sienten el dolor. ¿En qué círculo del infierno te estarás quemando, Pío Nono, cura bellaco? ¿Me alcanzarás a oír desde abajo? En las vacas acuchilladas en los mataderos de este mundo se revive día a día la pasión de tu Cristo. El mismo dolor, la misma angustia, el mismo miedo que él sintió colgado de una cruz lo sienten ellas cuando las acuchillan, así las pobres, las humildes, no se digan hijas de Dios. Y su sangre es igual a la suya: hemoglobina roja. Todo es cuestión de bioética, un sentido que no han desarrollado en lo más mínimo papas ni cardenales, curas ni obispos. ¿Cómo pueden ser los guías de una sociedad estos inmorales?
Los que cazan animales para quitarles las pieles, los "tramperos", los agarran en trampas metálicas que les destrozan las patas. Luego les introducen un palo en el hocico abierto por la angustia de la agonía, y herido e inmovilizado el animal, pisándole las patas traseras lo asfixian por presión en el cuello y en la caja torácica. Toda la paciencia y la calma para producirles la muerte sin ir a maltratar la mercancía.
¡Y los musulmanes, estos devotos de Alá! Hoy andan los iraquíes muy ofendidos con los gringos porque irrumpen en sus casas con perros a buscar armas. ¡Con perros, qué ofensa, qué horror! Si un perro toca a un iraquí con el hocico, lo saló de por vida porque el perro es un animal sucio, impuro. ¡Ay, tan puros ellos, tan inodoros, tan limpiecitos! Arrodillados rumbo a la Meca con los zapatos apestosos afuera y los traseros al aire. Si supieran estos asquerosos que mis dos perras me despiertan todos los días con besos...
¡Y los indómitos afganos con los que no pudo ni Alejandro Magno, pero que cayeron en veinte días hace un año y se pusieron de moda! También son de los que ponen a pelear a los perros. ¿Por qué no pondrán más bien a pelear a sus madres estos esbirros de Alá? Que les quiten los velos y el bozal a esas viejas paridoras y que se saquen el alma a dentelladas.
Mahoma es un infame. Un sanguinario, un lujurioso. Tuvo quince mujeres: catorce concubinas y una viuda rica con que se casó para explotarla. Y este mantenido lúbrico que ni siquiera hacía milagros, que despreciaba a los animales pero que se reproducía como ellos, propagó su religión con la sangre y con la espada. Hoy esa espada pesa sobre medio mundo. Los ayatolas y los imanes y demás clérigos rabiosos del Islam ladran desde sus mezquitas. Ladran, pero dizque no son perros.
Las corridas de toros, las peleas de perros, las peleas de gallos, el tráfico con los animales, las tortugas de la Amazonia convertidas en objetos decorativos de carey y los zorros y los caimanes cazados para hacerles abrigos con sus pieles a las putas y cinturones y zapatos a los maricas y a las respetables señoras de la más alta sociedad que van a misa los domingos. ¿Y qué dice de todo esto el Papa? ¿Por qué no excomulga a los que participan en esos espectáculos infames? ¿Y a los maestros de biología que practican la vivisección y rajan sapos vivos en las escuelas dizque para enseñarles a los niños el funcionamiento del sistema nervioso? ¿Y a los que torturan animales en los circos? ¿Por qué no dice nada de las vacas y los toros y los terneros y los cerdos acuchillados en los mataderos? El que viaja en jet privado y habita en palacios y castillos atendido como un rey con Guardia Suiza no dice una palabra. No levanta su voz. Calla. Este Papa besapisos es un alcahueta de la infamia. Y se entiende, es el derecho canónico, es su Iglesia, su tradición, la de Pío Nono, el infalible. Hoy le pide perdón a Galileo, al que iban a quemar vivo en una hoguera, porque la tierra siempre sí resultó girando en torno al sol, y a los protestantes y a los musulmanes y a cuantos combatió y masacró su Iglesia. Ya vendrá otro como él cuando el actual se muera a pedir perdón por las iniquidades y las irresponsabilidades de éste.
Dios no existe. Dios es un pretexto, una abstracción brumosa que cada quien utiliza para sus fines y acomoda a la medida de su conveniencia y de sus intereses. Caprichosa, contradictoria, arbitraria, inmoral, la religión cristiana no tiene perdón del cielo, si es que el cielo es algo más que el atmosférico. Una religión que no considera a los animales entre nuestro prójimo es inmoral. Por inmoral hay que dejarla. A los que están en ella no les pido, sin embargo, que la dejen porque ya sé lo que es el vacío de la vida y el espejismo del cielo y la fuerza de la costumbre. Pero entonces sean consecuentes y aprendan de Cristo: no se reproduzcan, así como él no se reprodujo; y absténganse de la cópula con mujer, así como él se abstuvo.
El 1º de septiembre de 1914 a las 5 de la tarde murió la última paloma migratoria en el zoológico de Cincinnati. Ya acabamos con las palomas migratorias, con el tejón rayado, con la musaraña marsupial, con el potoro de Gaimard, con el kanguro-rata achatado, con el balabí de Toalach, con el lobo de Tasmania, el bisonte oriental, el bisonte de Oregón, el carnero de Canadá, el puma oriental, el lobo de la Florida, el zorro de orejas largas, los osos Grizzli, el asno salvaje del Atlas, el león de Berbería, el león de Caba y el león de Cuaga, la cebra de Burchell y el blesbok. Ya no existen más, a todos los exterminamos. ¡Qué bueno, benditos sean! ¡Qué bueno que se murieron y se acabaron! Especie que se extingue, especie que deja de sufrir, especie que no vuelve a atropellar el hombre. ¡Y que se jodan los ecologistas que ya no van a tener bandera para que los elijan al parlamento europeo! Al ritmo a que vamos dentro de unos años este planeta estará habitado sólo por humanos. Entonces no tendremos qué comer, y en cumplimiento de nuestra más íntima vocación nos comeremos los unos a los otros. ¿Y el papa, qué va a comer? ¡Que coma obispo!
El hombre no es el rey de la creación. Es una especie más entre millones que comparten con nosotros un pasado común de cuatro mil millones de años. Cristo es muy reciente, sólo tiene dos mil. Al excluir a los animales de nuestro prójimo Cristo se equivocó. Los animales, compañeros nuestros en la aventura dolorosa de la vida sobre este planeta loco que gira sin ton ni son en el vacío viajando rumbo a ninguna parte, también son nuestro prójimo y merecen nuestro respeto y compasión. Todo el que tenga un sistema nervioso para sentir y sufrir es nuestro prójimo.
Gracias a Venezuela por el premio que me da, y por haberme escuchado y concedido el privilegio de hablar desde esta tribuna, una de las más altas de América.

martes, 22 de mayo de 2007

y de pronto anochece (a propósito de la edad)

cada uno está solo sobre el corazón de la tierra
traspasado por un rayo de sol:
y de pronto anochece.

S.Q.
he aprendido muchas cosas importantes
aparte de aprender a leer,
a amarte, etc.

viernes, 13 de abril de 2007

Desaparecido

Me llena el silencio sin fin de la noche agusanada,

han naufragado todas las estrellas.

A la parte de mi que rasguña estas líneas

le dicen que escriba

“ni perdón ni olvido”.

Musa

Nunca supe si eran perlas o dientes de ajo

los ornamentos que pendían de tu cuello.

En mis noches de más caliente fantasía

recuerdo tu sexo obliterado,

tus estragadas tetas de Tiresias.
SEÑAS PERSONALES: MIS MANOS SON DE POLVO

miércoles, 11 de abril de 2007

Tengo un excelente panorama.
Desde la altura veo pasar el río bajo 3 bellos puentes
pero no se donde estoy.
No exageraba Lamborghini (Osvaldo)
acerca de las aciagas posibilidades del niño proletario.
(Por poca plata se puede fornicar con la infancia desvalida
o convenir cosas peores).
De esas vidas –al margen de las letras- biografías no hay.
Sí profusión de prontuarios y fichas técnicas,
relatos de la crónica roja.
Niño proletario
botella al mar sin ningún mensaje
que rota las olas devuelven
a herir los pies de los bañistas.

martes, 10 de abril de 2007

En esta calle amputada y fétida
los lisiados venden sudada alegría
a unos pocos transeúntes más oscuros.
Perros todo sarna y llagas
dan rienda suelta a sus instintivas querellas
o copulan al ritmo de la cumbia.
Yo, a salvo de ser amado
pido limosna camuflado en mierda.

Café Caribe

Nada y viene la muchacha
desnudándose en oleaje de espejos.

Sonrío anclado,
tomo un sorbo de café que se repite
en la tristeza de la decoración de palmeras.

No salgo
fumo un cigarrillo tras otro
para dar curso a estas horas camino al vaciadero,
perdido en la materia de este desasimiento.

Que la noche se adueñe de la ciudad,

soy mendigo de cruzar con alguien la mirada.
He desperdiciado el tiempo haciéndome preguntas,
asombrado por el buho que nunca estuvo
ni levantó el vuelo frente a mis ojos.
Atento, pero al margen de la fiesta.
Acodado en el muro
contemplando a los imprecisos danzantes que maduran
para ninguna estación.
El resto de alguna música en la memoria
mientras me alejo definitivamente de la fiesta.
El héroe está sentado en el marco de la ventana.
Es el último piso y no se anima a levantar el vuelo,
toda la ciudad es un callejón sin salida.

Ha terminado su novela de aventuras

la pantalla aún parpadea

el personaje central se llama Narciso, un héroe
en estado de destitución que vuelve una y otra vez
sobre el final de su autobiografía.

No se anima a levantar el vuelo.

miércoles, 14 de marzo de 2007

Me violento por cualquier cosa.
En este preciso momento en que escribo
quisiera desbaratar a mi enemigo
pero la cosa no es nada fácil
no me sirve el anatema
y a estas alturas todos son mis enemigos.

Bolaño

No fue casualidad que el día de tu muerte
te hayan confundido con “Chespirito”.
Sin querer hiciste víctima al comediante mexicano.
de tu tardía y malograda fama literaria.

Curioso reconocimiento póstumo
- impulsado por la mediocridad circundante -
el que te brindaron quienes buscaron una referencia tuya
biográfica o literaria
– autor de “Putas Salvajes” que vivía hace tiempo en España –
para no parecer tan ignorantes.

Meritoria pirueta literaria después de la muerte.
Decidieron vivir en medio de esta ciudad
en un Dpto. acosado por la mala música,
por el tufo de las innumerables micros.

Allí, el rey y la reina,
dominan el panorama cíclico del cielo
deambulan por pasillos y balcones.

A veces se encuentran en la cama para fornicar.
En estas líneas todos los cabos
son cabos sueltos.
Mentiras que me contó el ego en otros tiempos
y versos que malversé
olvidando convenientemente citas y referencias.

El encatrado me dice menos aún,
mi poesía es de escasos recursos.
En este oficio que se acaba, el arte verdadero
es sucumbir como el contorsionista
con estertores ajenos
en nuestros propios brazos
acumulando semen y lágrimas
en la página.
A Leonardo Eliseo, Marcos Antonio y Jorge Esteban, fallecidos la noche del año nuevo de 2001.




Nos llevamos por delante una noche de luna roja
contemplando el asfixiado delirio de la vida entre parpadeos
principiantes en todos los asuntos.

La gente lo ignora todo sin embargo,
cree que somos el viento pestilente que viene
de la arruga del río o de los calabozos de “Tiempo Joven”.

Enajenadas luciérnagas buenas para nada.
Somos una vieja mancha de humo en la pared
que ya ha sido rayada por quien sabe quien.

lunes, 12 de marzo de 2007

La calle está desmantelada
por las constructoras de los nuevos edificios.

Los viejos postes esperan ciegos
las nuevas luminarias más acordes con la remodelación del barrio.

Con mi maletín de medusas muertas
camino solo
más oscuro que esta noche negra.
Nacidos póstumos, prematuramente ahogados
izamos velas
proa hacia mar abierto
sabedores que el tifón no perdonaría
la fragilidad de nuestro barco
Por unas buenas monedas
los Legionarios de Cristo
te hacen pasar por el ojo de una aguja.

jueves, 8 de marzo de 2007

CALENDARIO

Como si de algo sirviera considerar este tiempo cifrado
ojos de ciego que se abren y se cierran.

Ya pasaron y se vienen encima
los días que tacho
con la cruz de la angustia.
Me he alimentado de una tenue belleza
De mis huesos crecerán
flores repentinas.
Eso de hacerse el amor no seduce
-los cuartos son oscuros y mal ventilados-
Mis tristes comandantes nacieron muertos
es tarde para bailar y para sonreír
Todos me conocen en el camposanto
esperando me sofoque el crepúsculo
con el picnic que llevo celebro una misa

a las puertas de tu mausoleo.
Yo también conozco un paraje hermoso,
lo visité una vez, mientras dormía.

No he sabido volver.
No somos como las flores
espléndidas maravillas
que de un momento a otro
pasan a ser dominio del viento.

Tenemos el curioso privilegio de restañar las heridas
para batallas venideras
para futuras revueltas,

el don de ser los mismos en otras primaveras,
cambiados y distantes
revividos de la tierra muerta.

martes, 6 de febrero de 2007

Paisaje de Clínica

En la Clínica
me sentía más mal que Pezoa Véliz.

viernes, 2 de febrero de 2007

La ciudad. K. kavafis

LA CIUDAD

Dijiste: "Iré a otra ciudad, iré a otro mar.
Otra ciudad ha de hallarse mejor que ésta.
Todo esfuerzo mío es una condena escrita;
y está mi corazón - como un cadáver - sepultado.
Mi espíritu hasta cuándo permanecerá en este marasmo.
Donde mis ojos vuelva, donde quiera que mire
oscuras ruinas de mi vida veo aquí,
donde tantos años pasé y destruí y perdí".
Nuevas tierras no hallarás, no hallarás otros mares.
La ciudad te seguirá. Vagarás
por las mismas calles. Y en los mismos barrios te harás viejo
y en estas mismas casas encanecerás.
Siempre llegarás a esta ciudad. Para otro lugar -no esperes-
no hay barco para ti, no hay camino.
Así como tu vida la arruinaste aquí
en este rincón pequeño, en toda tierra la destruiste

jueves, 1 de febrero de 2007

“La vida nunca estará escrita” J.E. Pacheco

La vida nunca estará escrita” J.E. Pacheco

Nuestras experiencias son de poco interés.
De poco interés nuestros viajes,
nuestros grises empleos, nuestros amores.
Aun así el librero se repleta
de diarios, autobiografías, epistolarios
y nosotros, a solas, también rayamos sobre la página
que estuvimos vivos,
que la lluvia fue la mejor cara de la desdicha,
que algo nos fue dado a remedo de esperanza,
aunque sea para guardarlo bajo llave
o tirarlo al tacho de la basura.