viernes, 13 de abril de 2007

Desaparecido

Me llena el silencio sin fin de la noche agusanada,

han naufragado todas las estrellas.

A la parte de mi que rasguña estas líneas

le dicen que escriba

“ni perdón ni olvido”.

Musa

Nunca supe si eran perlas o dientes de ajo

los ornamentos que pendían de tu cuello.

En mis noches de más caliente fantasía

recuerdo tu sexo obliterado,

tus estragadas tetas de Tiresias.
SEÑAS PERSONALES: MIS MANOS SON DE POLVO

miércoles, 11 de abril de 2007

Tengo un excelente panorama.
Desde la altura veo pasar el río bajo 3 bellos puentes
pero no se donde estoy.
No exageraba Lamborghini (Osvaldo)
acerca de las aciagas posibilidades del niño proletario.
(Por poca plata se puede fornicar con la infancia desvalida
o convenir cosas peores).
De esas vidas –al margen de las letras- biografías no hay.
Sí profusión de prontuarios y fichas técnicas,
relatos de la crónica roja.
Niño proletario
botella al mar sin ningún mensaje
que rota las olas devuelven
a herir los pies de los bañistas.

martes, 10 de abril de 2007

En esta calle amputada y fétida
los lisiados venden sudada alegría
a unos pocos transeúntes más oscuros.
Perros todo sarna y llagas
dan rienda suelta a sus instintivas querellas
o copulan al ritmo de la cumbia.
Yo, a salvo de ser amado
pido limosna camuflado en mierda.

Café Caribe

Nada y viene la muchacha
desnudándose en oleaje de espejos.

Sonrío anclado,
tomo un sorbo de café que se repite
en la tristeza de la decoración de palmeras.

No salgo
fumo un cigarrillo tras otro
para dar curso a estas horas camino al vaciadero,
perdido en la materia de este desasimiento.

Que la noche se adueñe de la ciudad,

soy mendigo de cruzar con alguien la mirada.
He desperdiciado el tiempo haciéndome preguntas,
asombrado por el buho que nunca estuvo
ni levantó el vuelo frente a mis ojos.
Atento, pero al margen de la fiesta.
Acodado en el muro
contemplando a los imprecisos danzantes que maduran
para ninguna estación.
El resto de alguna música en la memoria
mientras me alejo definitivamente de la fiesta.
El héroe está sentado en el marco de la ventana.
Es el último piso y no se anima a levantar el vuelo,
toda la ciudad es un callejón sin salida.

Ha terminado su novela de aventuras

la pantalla aún parpadea

el personaje central se llama Narciso, un héroe
en estado de destitución que vuelve una y otra vez
sobre el final de su autobiografía.

No se anima a levantar el vuelo.