miércoles, 14 de marzo de 2007

A Leonardo Eliseo, Marcos Antonio y Jorge Esteban, fallecidos la noche del año nuevo de 2001.




Nos llevamos por delante una noche de luna roja
contemplando el asfixiado delirio de la vida entre parpadeos
principiantes en todos los asuntos.

La gente lo ignora todo sin embargo,
cree que somos el viento pestilente que viene
de la arruga del río o de los calabozos de “Tiempo Joven”.

Enajenadas luciérnagas buenas para nada.
Somos una vieja mancha de humo en la pared
que ya ha sido rayada por quien sabe quien.

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