jueves, 8 de marzo de 2007

No somos como las flores
espléndidas maravillas
que de un momento a otro
pasan a ser dominio del viento.

Tenemos el curioso privilegio de restañar las heridas
para batallas venideras
para futuras revueltas,

el don de ser los mismos en otras primaveras,
cambiados y distantes
revividos de la tierra muerta.

1 comentario:

Unknown dijo...

De repente me encantaría ser como una flor, me morí y tá nada más
si fuera esa puta flor, no podría levantarme al otro día, maldiciendo a dios y a mi perro, y no podría tomarme un trago, ni ver a el par de soles que me calientan la vida...
Ser flor, es ser -a veces- masturbadora de abuelas...
Yo masturbadora de mundo y gente, y de todo lo que se me antoja, si ya todo este placer que deja un hilo fucsia al irse, se detiene por completo porque excede el límite de mi soledad, tendré que morir.. y botarme..
y parirme

it's not a big deal...