desde lejos me llamabas con una canción
era una vieja manivela.
Yo, perro faldero
olfateaba los sonidos para ir a tu encuentro.
Ahora, que no te escucho
aullo sobre los balcones de la luna
lamo los pingajos de mi cuerpo
o corro deseperado detrás de mi cola incandescente
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario