martes, 6 de mayo de 2008

Como en caminito
despues de mi regreso
tu voz se había borrado como un trazo en el aire.
Furtivo, te vi saludar a otras personas desde lejos.
Me mortificó descubrir que me habías borrado
como una lección archi revisada
sobre un modesto pizarrón.
Quedé allí, lámina negra
digna de mejores presagios

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